Sara Marín, doctora, sobre el café y el té matcha: "Se suele digerir mejor, acelera menos y se puede consumir en mayor cantidad"
%3Aformat(jpg)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fa73%2Ff85%2Fd17%2Fa73f85d17f0b2300eddff0d114d4ab10.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2F9c6%2F9f2%2F99c%2F9c69f299c71245a01040633596eb653c.jpg&w=1280&q=100)
El café sigue siendo la bebida estimulante más consumida en el mundo, pero en los últimos años el té matcha ha ganado protagonismo gracias a su popularidad en redes sociales como TikTok e Instagram. Cada vez más personas se preguntan cuál de las dos opciones resulta más saludable, y la doctora Sara Marín Berberll, especialista en microbiota, ha aclarado las principales diferencias entre ambas.
Según explica Marín, el café genera un efecto estimulante inmediato que ayuda a mejorar la concentración, pero no siempre resulta positivo: “El café te da un subidón rápido, pero muchas veces también nos da taquicardia o ansiedad”, advierte. Además, aunque acelera el metabolismo y favorece la defensa de la microbiota intestinal, puede resultar irritante para algunas personas y su efecto en la concentración es más corto y, en ocasiones, disperso.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F31b%2F188%2Fc53%2F31b188c53b0a077326a23cffb33bf6c9.jpg)
El té matcha, en cambio, ofrece un aporte energético más equilibrado. “El matcha te da una energía más estable porque contiene L-teanina y arginina que calma el sistema nervioso”, señala la doctora. Esta combinación genera lo que ella denomina un “estado de alerta relajado”, que favorece una concentración más prolongada sin los picos de nerviosismo que a veces provoca el café.
Además de cafeína y L-teanina, el matcha contiene polifenoles y un antioxidante especialmente potente: la epigalocatequina galato (EGCG). Marín lo describe como “un escudo que protege tu cerebro y tu cuerpo”. Su acción antioxidante combate los radicales libres, retrasa el envejecimiento celular y contribuye a la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, las patologías cardiovasculares o ciertos tipos de cáncer.
En términos digestivos, la especialista destaca que ambos productos “le encantan a la microbiota porque hacen que las bacterias tengan más defensa y estén más felices”. Sin embargo, mientras el café puede provocar irritación en personas sensibles, "el matcha se suele digerir mejor, acelera menos y se puede consumir en mayor cantidad”, apunta Marín. Además, su efecto carminativo ayuda a reducir gases y mejora la tolerancia intestinal. Incluso, su sabor umami podría contribuir a disminuir los antojos de azúcar a largo plazo.
El café y el té matcha comparten cualidades estimulantes y antioxidantes, pero cada uno presenta ventajas específicas. Como resume la doctora Marín: “El café te sirve para una energía más rápida y el matcha para una energía más estable”. La elección dependerá del momento del día, la tolerancia individual y las necesidades personales, pero ambos, en un consumo moderado, pueden formar parte de una dieta equilibrada.
El Confidencial